jueves, 10 de noviembre de 2011


“Cuando me atrevo a decir algo acerca de sus llamados telefónicos o acerca de las visitas que les hace, me ataca acusándome de celosa, exigente e irrazonable. Ha prometido no tener relaciones sexuales con nadie más que conmigo y dice que ha cumplido su promesa. ¿Qué más quiero? La razón principal por la que decidimos venir a este taller fue que ambos sentíamos la necesidad de trabajar sobre este problema, al que Ron sigue refiriéndose como mi problema de celos. La otra razón fue pasar una semana juntos en Esalen. Ron ha estado aquí antes y me ha contado que era uno de los lugares más hermosos que ha visto en su vida. Con eso, por lo menos, estoy de acuerdo.

“Cuando llegamos aquí ayer, lo primero que hicimos fue ir a la conserjería para registrarnos. De pronto, una mujer llamada Wendy a quien Ron conocía de una de sus visitas anteriores se abalanzó sobre él y le dio un abrazo de bienvenida realmente fuerte. Después empezó a masajearle el pecho con un movimiento circular. Yo veía cómo los círculos se ha cían cada vez más grandes, y cómo su mano se desplazaba cada vez más hacia abajo, y me quedé ahí, de pie, preguntándome hasta dónde se propondría llegar con esa mano.

“Mientras se producía todo este toqueteo yo seguía ahí de pie, como una estúpida. El ni si quiera se molestó en presentarme. No creo que tuviera que decir: ‘Wendy, te presento a Carol, la mujer que amo y con la que estoy viviendo en este momento’. Simplemente podría haberme tomado del hombro para dar a entender que somos una pareja, que ya no es el soltero picaflor que era cuando ellos dos se conocieron. Pero se limitó a quedarse donde estaba, disfrutando sin ningún disimulo del sensual masaje en el pecho que ella le estaba dando.

“Cuando estuvimos solos en la habitación le dije cómo me sentía, pero se lo dije sin alterarme. Ron dijo que ver a Wendy a quien no veía desde hacía mucho tiempo y que le gustaba mucho, comportó groseramente lo que sentía. Acepté su disculpa y pensé que ahí terminaría todo. Debí haberlo pensado mejor."


“Hoy, después del almuerzo, desapareció. Lo busqué por todas partes. Al final, después de unas dos horas, apareció en nuestra habitación y me dijo que había tenido ‘una entrevista’ con Wendy.

“Sentí que la sangre me subía a la cabeza. ¿Qué significa, exactamente, ‘una entrevista’? ¿Por qué no llamarla ‘una cita’, que es lo que fue? ¿Y por qué tiene una cita con Wendy en la semana en que decidimos estar juntos para trabajar sobre nuestra relación?”

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